25 octubre, 2010

Alí Chumacero. En el jardín de las cenizas


Foto
Nadie ha sabido decirnos con certeza de dónde viene la voz que habla en los poemas, desde qué sitio de la realidad se dirige a nosotros. Es común afirmar que ningún poeta se parece a sus versos. No es menos cierto que tales páginas no existirían sin la única e irrepetible experiencia vivida por esa persona concreta.
Será difícil hallar un comentario sobre Alí Chumacero que no se asombre ante el contraste entre una actitud personal amable y expansiva, antisolemne mucho antes de que se inventara el concepto mismo de antisolemnidad, y una obra tan austera y doliente como la suya.
Una posible explicación es que desde sus orígenes remotos la poesía lírica sirve, entre otras cosas, para concentrar toda la negatividad del mundo. En cualquier época hay muy pocos poemas alegres. Existen, claro está, versos jocosos pero siempre van dirigidos en contra de alguien. La dicha se basta a sí misma, no necesita de celebraciones. El placer que derivamos de los poemas, aun o sobre todo de los más sombríos, nunca es resultado de su tema sino de su arte verbal.
Así, en la poesía mexicana se hallarán pocos libros tan disfrutables como Palabras de reposo, siempre y cuando estemos dispuestos, no tanto a leer sin prisa cada uno de sus poemas.
Alí Chumacero ha pasado su vida haciendo los libros de los demás, es decir transformando los originales en piezas tipográficas, pero sólo quiso darnos tres propios: Páramo de sueños (1944), Imágenes desterradas (1947) y Palabras en reposo (1956). En ellos está toda su obra breve y admirable.
A uno le hubiera gustado seguir leyendo siempre nuevas páginas de Chumacero. Sin embargo su decisión no nos privó de su poesía de madurez, ya que fue un poeta cabal desde su aparición en 1940 con Poema de amorosa raíz. En menos de veinte años hizo lo que tenía que hacer, dijo cuanto tenía que decir.
En torno suyo se ha tejido la costumbre de afirmar, para alabarlo, que es el Juan Rulfo de la poesía mexicana y su prestigio crece con cada nuevo libro que no publica. Como los versos interesan a menos personas de las que se preocupan por la narrativa, Chumacero ha podido guardar silencio sin molestias ni expectativas por la siguiente colección de poemas. Nada tan lejano a Rulfo y a Chumacero –ambos nacidos en el mismo 1918– como la idea de una carrera literaria. Ambos escribieron por necesidad interior y enmudecieron una vez escrito, inmejorablemente bien escrito, lo que debían expresar.
Es irresistible la tentación de comparar sus tres libros a estrellas solitarias que brillan con luz propia en el cielo de la poesía de nuestro idioma, o bien a islas rodeadas de silencio por todas partes. Silencio y soledad son el marco propicio para que resuene la elocuencia sin énfasis de sus poemas y quebrantes las tinieblas una luz que no enceguece sino ilumina.
En Páramo de sueños e Imágenes desterradas hay una continua tensión entre la inmovilidad que se eleva y el movimiento que se abisma, entre el sepulcro como destino final de toda carne y el deseo en que la vida se afirma al negar la fatalidad de la desdicha. Estos poemas son muchas veces monólogos dirigidos a un que es casi siempre una mujer lejana o a punto de alejarse. La dicción y el fraseo provienen en parte de los poetas españoles de 1927 y los Contemporáneos mexicanos, en especial Xavier Villaurrutia. No obstante, Chumacero encuentra su propia voz desde sus primeros pasos y en ella resuena una sentenciosidad bíblica nada frecuente en la poesía de lengua castellana.
Este Páramo de sueños, escenario en que arden y fluyen los poemas juveniles de Chumacero, es la Tierra Baldía de las dos guerras, las que termina cuando él nace y la que comienza cuando publica sus primeras páginas. En ellas establece como defensa contra la arrasadora tempestad de la Historia una atmósfera de cuadro postsurrealista. La desnudez que evocan esos poemas es la misma de sus medios expresivos. Se trata de una poesía despojada de todo brillo ornamental y de toda facilidad rítmica (o arrítmica). No tiene los resplandores del diamante sino la naturaleza serena y sólida del mármol.
Si la poesía juvenil de Chumacero no es difícil sino exigente, la obra de madurez –llamemos con un término convencional a la escrita entre 1948 y 1958-, cuando Salón de baile y Alabanza secreta aparecen en la segunda edición (1966) de Palabras en reposo, pide una colaboración tan absoluta que sólo puede llamarse complicidad.
Palabras en reposo es uno de los libros más originales de la poesía castellana en general y mexicana en particular. Fuera de nuestro ámbito está aún por descubrirse como otros dos grandes libros de aquel mismo momento: La insurrección solitaria (1953), de Carlos Martínez Rivas, y Contemplaciones europeas (1957), de Ernesto Mejía Sánchez.
Con la distancia de los años Palabras en reposo surge como una obra maestra impredecible e irrepetible. Por sí sola explica y justifica el posterior silencio de Chumacero. En estos poemas llega a no parecerse sino a él mismo pero alcanza también un punto sin retorno.
Por otra parte, este libro de un poeta por completo lírico –es decir subjetivo, intimista, monologante– es el más cerrado y al mismo tiempo el más abierto, aquel que deja entrar al nosotros y está lleno de personajes, invadido por las penas y los goces del prójimo. En su aparente pureza, en el sentido del abate Bremond, es también el más impuro y el más contaminado” de realidad. Poemas que sólo quieren ser poesía pero a su manera sutil son también realistas y en cierto modo narrativos.
Una breve historia puede leerse inscrita en el revés de cada poema. Pero de poco sirve decir que el gran responsable del peregrino es un canto epitalámico invadido por ecos de oraciones fúnebres en que se predice para los que se unen no el porvenir de los cuentos de hadas, sino la dificultad de la convivencia humana y el final despeño de la esperanza.
O que el extraordinario Monólogo del viudo es el lamento de un hombre que ha perdido a su mujer, muerta cuando le practicaban un aborto. La poesía no cuenta (para eso está la narrativa), nos hace participar desde dentro en una experiencia ajena, apropiarnos de ella, materializarla por medio de una lectura que es el menos pasivo de los actos.
Estas palabras no descansan en la inercia ni la inmovilidad. Su reposo es el poder de transformación que Heráclito asignó al fuego. La poesía de Alí Chumacero será siempre nueva en cada lectura y para cada persona que tenga el privilegio de acercarse a ella.
Fragmento del prólogo de Poesía, antología del Fondo de Cultura Económica. El autor otorgó el permiso para su publicación en este espacio.


Poema de amorosa raíz

Alí Chumacero

Antes que el viento fuera mar volcado,
que la noche se unciera su vestido de luto
y que estrellas y luna fincaran sobre el cielo
la albura de sus cuerpos.

Antes que luz, que sombra y que montaña
muraran levantarse las almas de sus cúspides,
primero que algo fuera flotando bajo el aire,
tiempo antes que el principio.

Cuando aún no nacía la esperanza
ni vagaban los ángeles en su firme blancura,
cuando el agua no estaba ni en la ciencia de Dios,
antes, antes, muy antes.

Cuando aún no había flores en las sendas
porque las sendas no eran ni las flores estaban,
cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas,
ya éramos tú y yo.


Poema de amorosa raíz fue el primero publicado por Alí Chumacero. Se publicó en la revista Tierra Nueva, núm. 1. Enero-febrero de 1940.

02 marzo, 2010

Memoria

Estoy aquí, en la casa, a solas.
Aquí están los muebles, el aire, los ruidos.
Tengo un sentimiento tan transparente
como el vidrio de una ventana.
Es como la ventana en que miraba la nieve al amanecer,
hace muchos años, cuando era niño,
y pegaba la cara contra el cristal y comprendía toda la vida.
Es un deseo en calma, como la tarde.
Es estar como están todas las cosas.
Tener mi sitio como todo lo que está en la casa.
Perdurar el tiempo que sea, como las cosas.
No ser más ni mejor que ellas.
Sólo ser, en medio de la mi vida,
parte del silencio de todas las cosas.

Por Carlos Montemayor
1947-2010

11 enero, 2010

PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL (EXTRACTO)


1.- Reducción del periodo presidencial a cuatro años.

2.- Supresión de la reelección para el presidente y gobernadores de los estados.

3.- Supresión del servicio militar obligatorio y establecimiento de la Guardia nacional. Los que presten sus servicios en el ejército permanente lo harán libre y voluntariamente. Se revisará la ordenanza militar para suprimir de ella lo que se considere opresivo y humillante para la dignidad del hombre, y se mejorarán los haberes de los que sirvan en la policía nacional.

4.- Abolición de la pena de muerte, excepto para los traidores a la patria.

5.- Agravar la responsabilidad de los funcionarios públicos.

6.- Obligación de  impartir enseñanza netamente laica en todas las escuelas de la republica, sean de gobierno o particulares.

7.- Nacionalización, conforme a las leyes, de los bienes raíces que el clero tiene en poder de testaferros.

8.- Los templos se consideran como negocios mercantiles, quedando, por tanto, obligados a llevar contabilidad y pagar las contribuciones correspondientes

9.- Prohibir el empleo de niños.

10.- Obligar a los dueños de minas, fábricas, talleres, etc., a mantener los lugares de peligro en un estado que preste seguridad a la vida de los operarios.

11.- Obligar a los patronos a pagar indemnización por accidentes de trabajo.

12.- El Estado dará tierras a quienquiera que lo solicite, sin más condición que dedicarlas a la producción agrícola, y no venderlas. Se fijará la extensión máxima de terreno que el Estado pueda ceder a una persona.  

13.- Gravar el agio, los artículos de lujo, los vicios y aligerar de contribuciones los artículos de primera necesidad. No permitir que los ricos ajusten igualas con el gobierno para pagar menos contribuciones que las que impone la ley.

14.- Reorganización de los municipios que han sido suprimidos y robustecimiento del poder municipal.

15.- Protección de la raza indígena.

16.- Establecer lazos de unión con los países latinoamericanos.

17.- Al triunfar el Partido Liberal se confiscarán los bienes de los funcionarios enriquecidos bajo la dictadura actual y lo que se produzca se aplicara al cumplimiento del capítulo de Tierras –especialmente a restituir a los kakis, mayas y otras tribus, comunidades o individuos, los terrenos de que fueron despojados- y la servicio de la amortización de la deuda nacional.





Cláusula especial


52.- Queda a cargo de la Junta Organizadora del Partido Liberal dirigirse a la mayor brevedad de los gobiernos extranjeros, manifestándoles, en nombre del partido, que el pueblo mexicano no quiere mas deudas sobre la patria y que por tanto, no reconocerá ninguna deuda que bajo cualquiera forma o pretexto arroje la dictadura sobre la nación ya contratando empréstitos, o bien reconociendo tardíamente obligaciones pasadas sin ningún valor legal.



Reforma, Libertad y Justicia




San Luis Misuri, 1 de julio de 1906.

Presidente: Ricardo Flores Magón. Vicepresidente, Juan Sarabia. Segundo secretario, Antonio I. Villareal. Tesorero. Enrique Flores Magón. Primero vocal, profesor Librado Rivera, Segundo vocal, Manuel Sarabia, Tercer vocal, Rosalío Bustamante.  


Mexicanos:
He aquí el programa, la bandera del Partido Liberal, bajo la cual debéis agruparos los que no hayais renunciado a vuestra calidad de hombres libres, los que os ahoguéis en esa atmosfera de ignominia que os envuelve desde hace treinta años, los que os avergoncéis de la esclavitud de la patria, que es vuestra propia esclavitud, los que sintáis contra vuestros tiranos esas rebeliones de las almas indóciles al yugo, rebeliones benditas, porque son la señal de que la dignidad y el patriotismo no han muerto en el corazón que las abriga…

Todo cambiará en el futuro.

Los puestos públicos no serán para los aduladores y los intrigantes, sino para los que, por sus merecimientos, se hagan dignos al cariño del pueblo; los funcionarios no serán esos sultanes depravados y feroces que hoy la dictadura protege y faculta para que dispongan de la hacienda, de la vida y de la honra de los ciudadanos: serán por lo contrario, hombres elegidos por el pueblo que velarán por los intereses públicos, y que, de no hacerlo, tendrán que responder de sus faltas ante el mismo pueblo que los había favorecido; desaparecerá de los tribunales de justicia esa venalidad asquerosa sino que el pueblo designará con sus votos a los que deban administrar la justicia…


ZERTUCHE, Fernando, (1996), “Programa del Partido Liberal  en Ricardo Flores Magón. El sueño alternativo,  FCE,  México, 81-105pp.

Encontrado por Alejandro Palacios
Chiautempan Tlaxcala